BIENDICHO, Daniel; MARTÍNEZ, Juan

1. Introducción

El trabajo desarrollado se ha realizado a partir de fragmentos extraídos de la serie de HBO Watchmen, concretamente durante el intervalo de tiempo comprendido entre el minuto 30 y el 40 del capítulo número 7 de la misma.

El trabajo se centra principalmente en dos secuencias, a las cuales procedemos a añadir contexto para hacer más fácil la evaluación del análisis.

Por un lado, tenemos el juicio de Ozymandias, en el cual sus sirvientes/carceleros valoran las consecuencias que debe afrontar por tratar de abandonar Europa (satélite de Júpiter). En segundo lugar, hallamos un fragmento que muestra el final de una conversación entre Ángela (la policía protagonista) y Lady Trieu, así como la transición a la siguiente escena, en la cual vemos a Laurie (el Espectro de Seda, ahora agente del FBI) capturada por la Kaballería, un grupo terrorista heredero del Ku Klux Klan.

2. Análisis diacrónico y descriptivo

2.1. Análisis descriptivo

Dentro de la escena escogida, la música que se escucha es música cinematográfica, es decir, música compuesta única y exclusivamente para su uso en la serie. Es fácil identificarla como tal, puesto que se trata de sonidos electrónicos para nada orgánicos. Este tipo de sintetizadores graves constantes sin composición melódica son un recurso muy habitual de la música cinematográfica desde hace años, pues transmite tensión y/o intriga de una manera eficaz y sencilla.

El canal central, es decir, aquel reservado para los sonidos diegéticos, contiene efectos de sonido como roces de ropa, el chisporroteo de los sopletes o las voces de megafonía. Todos ellos son sonidos internos a la escena, por lo que siguen funcionando por sí solos tras silenciar el resto de canales, perdiendo, eso sí, la carga tonal y dramática de la escena y resultando en una secuencia neutra.

Por otro lado, al escuchar de manera aislada el canal surround, se aprecia claramente su carácter complementario y de apoyo, pues en el fragmento analizado presenta simplemente unos sonidos agudos de un sintetizador que dan cuerpo y complementan la música cinematográfica que escuchamos en el canal estéreo. A su vez, también refuerza algunos sonidos diegéticos, siendo destacable el ligero eco que aporta al sonido de los sopletes. De esta manera, al hablar al contenido de este canal se debe señalar su diégesis mixta, pues mezcla elementos tanto internos como externos a la narración.

Por último, el canal de los graves, normalmente utilizado para complementar diferentes sonidos del resto de canales, normalmente golpes fuertes, se encuentra silenciado, pues al tratarse de una secuencia de transición entre escenas sin acción de personajes ni ambiental, no existe ninguna instancia en la que su presencia sea requerida.

2.2. Análisis diacrónico

A continuación, procederemos con el Análisis diacrónico de un fragmento de la serie. Tal y como su nombre indica, se estudiará la evolución en el tiempo de un elemento sonoro a lo largo de una escena.

La secuencia propuesta tiene una duración de 90 segundos, y se trata de la conclusión al juicio de Adrian Veidt, alias Ozymandias, a manos de los clones creados por el Doctor Manhattan. Para el análisis se han mantenido dos de los cuatro canales de audio: el canal central (contenedor de sonidos diegéticos y diálogos) y el canal estéreo (música extradiegética). En este caso, se ha elegido la música para proceder con el apartado.

El canal estéreo, a priori, podría parecer presentar una diégesis ambigua, pues al tratarse de música preexistente (Réquiem en Re Menor, K.626 – Secuencia: Lacrimosa), podría tratarse de música diegética que estuviera siendo reproducida dentro del mundo ficticio, y más teniendo en cuenta los precedentes sentados por la propia serie durante las escenas de Ozymandias. Pero, dado que no se llega a resolver la ambigüedad a lo largo de la escena, creemos oportuno definirla como música extradiegética teniendo en cuenta el contexto previo de la escena.

El Lacrimosa cumple varias funciones para con la escena, pues no sólo aporta el tono dramático a la escena, sino que es usada para hablar del contenido temático de la secuencia y para caracterizar al personaje de Adrian Veidt.

A lo largo de la serie Watchmen (2019), el personaje de Ozymandias es siempre relacionado con la música clásica. Dicha elección no es baladí, pues la música clásica occidental es asociada con aquello elevado, culto y sofisticado. Así, la elección de piezas como el Réquiem de Mozart en este caso, el segundo movimiento de la séptima sinfonía de Beethoven o la Marcha de los caballeros de Prokofiev durante las escenas que muestran a dicho personaje, buscan presentarlo como un hombre inteligente y refinado que disfruta de los grandes maestros. Se eleva sobre del resto de personajes, los cuales están rodeados de música electrónica, pop, jazz, blues, rock, etc. Como queriendo decir que está por encima de la música «popular». Este carácter pretencioso y snob retrata perfectamente a Veidt, pues se trata de un hombre que asesinó a millones de personas en un plan absurdo simplemente por creer incapaz al mundo de sobrevivir sin su intervención «divina».

Los realizadores hacen a su vez un uso inteligente de la pieza musical, pues la estructura del Lacrimosa presenta una serie de respiraciones, simulando el llanto de una persona y sus consecuentes pausas para tomar aire, o momento de repentino y breve consuelo.

Teniendo en mente esta estructura, el fragmento analizado comienza in media res, mostrando un pequeño crescendo de la acción, el momento en el que el juez hace pasar una piara de cerdos a la sala. en este punto, la pieza se haya en una de las partes de calma del Lacrimosa, uno de esos remansos de paz entre llantos que trata de emular. Esto permite que la voz de los diálogos no se pise con los momentos de mayor fuerza, pues esto comprometería la inteligibilidad de las voces. Al mismo tiempo, permite marcar un contraste tonal, dado que hace la llegada de la sentencia algo severo, dramático.

Dicha sentencia llega con el gruñido del cerdo, el cual coincide con el crescendo y clímax definitivo de la pieza musical. Se logra así emparejar ambos clímax, lo cual lleva al espectador a sentir el peso de la resolución y a experimentar la satisfacción de una conclusión bien lograda.

La melodía, compuesta en una tonalidad menor, sumada a los suspiratio de los violines, transmite una sensación de tristeza, de melancolía, la cual empapa la escena y le aporta la carga tonal severa que presenta. Pero no es la composición instrumental la única con carga emotiva, sino que la propia letra tiene resonancia con aquello que se nos muestra en pantalla.

Pie Jesu Domine
Dona eis requiem
Amen

Piadoso Señor Jesús
Concédeles descanso
Amén

La letra acompaña temáticamente la situación, pues al tratarse de una misa de muertos, suplica por la misericordia de Dios a la hora de acoger en su seno el alma del difunto. En este caso, parece hablar al espectador, sugiriendo piedad por Adrien Veidt, el cual parece acabado.

El Amen marca el final de la pieza musical, el final temático de Ozymandias (por el momento) y el final de la secuencia. Pero la música no termina con un fundido a negro, sino que es utilizada como transición a la escena siguiente, la cual nos muestra a Angela investigando las instalaciones de Lady Trieu. El fin de la música da paso a silencio en el canal estéreo, lo cual hace pasar al espectador de un clímax en la escena anterior a la anticipación y misterio de la escena siguiente, no soltando su atención por un solo instante mediante del uso de un contraste muy fuerte entre sonido-silencio.

3. Análisis por modificación (MIDI): connotaciones de la música, tempo e instrumentos

Amén de lo anterior, procedemos ahora con el Análisis por modificación del fragmento de la serie anterior correspondiente al capítulo 7. En este caso, estudiaremos la evolución temporal del mismo fragmento desde las diferentes perspectivas que nos dan los distintos tempos, instrumentos y música cinematográfica empleados.

En esta secuencia, como ya hemos visto, tienen predominancia los arreglos orquestales que protagonizan un momento de clímax narrativo desde el sonido. Teniendo esto presente, para este análisis se han dado las sustituciones por la pista estéreo de la Lacrimosa de Mozart, con el fin de que la pieza emplazada actúe con diferentes significados y connotaciones de contraste.

Versión 1. Violines

La primera modificación se da con la inclusión de un único instrumento de cuerda, el violín, junto con el cambio de un tempo de 120 bpm al de un tempo de hasta 95 bpm, mientras la velocidad global es de 54.

Con esta modificación obtenemos, por un lado, simplificar el sonido y hacer que la escena adquiera una trascendencia menor de la que estaba dotada y, por otro, rebajar la tensión con un ritmo de ataque más bajo del que era el pensado para la escena. Con esto, logramos crear un contraste interesante que nos revela cómo de notable es la influencia de la música correcta en esta secuencia.

Versión 2. Menos velocidad de ataque

De nuevo con el mismo instrumento y manteniendo el ritmo en los 95 bpm, modificamos por segunda vez el sonido del fragmento alterando el parámetro de la velocidad global para que el ataque de las cuerdas no supere una velocidad de 25.

En este caso el resultado es aún más revelador que el anterior, antes bien nos producía un efecto de contraste y aturdimiento, ahora la tensión de la escena está marcada por las voces únicamente, mientras que la pista de música pierde más personalidad y cuerpo dramático.

Versión 3. Tempo menor

Ahora mantenemos el instrumento, los violines, la velocidad de ataque original, 54, sin embargo alteramos el tempo, el cual llevamos hasta los 50 bpm.

El resultado resulta de nuevo revelador, pero en otro sentido con respecto a la versión 2, ya que ahora nos produce mucha más intriga por lo que está ocurriendo, un efecto similar al de bandas sonoras actuales en series o películas del género thriller donde las cuerdas tienen una reverberación alta para crear tensión. Vemos aquí cuál es la diferencia entre alterar la velocidad global de la pista y modificar el tempo.

Versión 4. Coro femenino

Para la nueva versión mantenemos el tempo en 95 bpm y la velocidad de ataque en 54, no obstante introducimos un nuevo instrumento en el lugar de los violines, un coro femenino con efecto de reverb.

De nuevo observamos cómo se crea un claro contraste entre el original y el emplazamiento de las voces solas, así como con las versiones anteriores. El efecto generado es el de alzar el clímax de la escena, aunque, eso sí, sin conmover ni evocar demasiadas vibraciones, ya que las voces sin acompañamiento dotan la escena de connotaciones eclesiásticas, de pureza y pudor que contrastan con las imágenes de los cerdos, a priori unos animales sucios y antihigiénicos.

4. Análisis por modificación temporal

Ya hemos visto cómo puede cambiar nuestra percepción la modificación de música, tempo o instrumentos para una pieza musical concreta, pero ¿y para toda una secuencia si cambiamos tanto sonido de voces como música y efectos sonoros? En este análisis estudiaremos las diferencias entre la percepción de un sonido u otro, con unas características musicales u otras, en función de la visualización de una secuencia de un minuto de duración correspondiente al capítulo 7 de Watchmen.

En esta secuencia pasamos de la conversación in media res entre dos personajes importantes de la serie con un conflicto de intereses enfrentado, y la consiguiente tensión que esto genera, a una transición inmersiva donde adoptamos el punto de vista de una mujer maniatada a una silla en una sala oscura donde se está realizando obras alrededor suyo.

Se trata, por tanto, de una escena en donde la aclimatación musical es fundamental, tanto en su función narrativa como descriptiva, de ubicación y de acompañamiento emocional.

Vídeo de la escena con sonido original

Vemos cómo el sonido directo recoge las voces, la música cinematográfica viaja desde un ambiente de tensión en la conversación hasta una nueva escena mediante una transición de condensación, que se ocupa en aumentar la ganancia de la música extradiegética al tiempo que la diégesis cambia de un plano a otro y es otra escena. Las voces también tienen una transición acusmática ya que oímos el sonido directo de la escena nueva en la escena de la conversación segundos antes de realizarse propiamente la transición en la diégesis como tal.

Vídeo de la escena sin música

Aquí vemos lo que sería realizar una transición acusmática sin un acompañamiento musical extradiegético o de condensación; la escena resulta confusa ya que se escuchan voces en la conversación que no corresponden a ninguno de los personajes en la diégesis. La falta de música, además, en el momento del corte y el cambio de escena, hace que la transición sea directa y abrupta, de nuevo confundiendo al espectador y exponiéndolo a un escenario para el cual no tiene toda la información que necesitaría para experimentar de manera correcta la escena.

Música cinematográfica

En este caso sustituimos la música cinematográfica de la escena por otra de un estilo similar. En concreto, una pieza de la propia serie pero de una escena diferente, cuyo tempo es algo mayor que la original, así como su crescendo final, donde la pieza adquiere un peso que lleva la escena a un punto de tensión alto.

Observamos aquí la capacidad de incrustar música similar en contextos de géneros compatibles, como lo son la acción y el thriller. La modificación funciona sorprendentemente bien, más si cabe si tenemos en cuenta la complejidad de modificar alguna pieza en el engranaje tan bien armado que es la edición sonora de esta serie.

Música preexistente

De nuevo sustituimos la música cinematográfica de la escena original, en este caso por una música preexistente, es decir, un tema que pueda sonar en la diégesis de manera veraz, aunque su aparición en la diégesis no esté justificada como tal. En este sentido, la inclusión de la música suena bajo el nombre del tema de Dion DiMucci & The Belmonts Runaround Sue.

Una vez observado el resultado, podemos ver cómo, en un primer momento, puede ser alterado al ambiente de tensión inicial por una sensación irónica de diversión y regocijo, con connotaciones vintage y nostálgicas del cine de los 80. Sin embargo, conforme va avanzando la escena y nos aproximamos al momento de la transición, el efecto irónico de diversión se incrementa al dar en la diégesis con la mujer pelirroja maniatada en una silla y en una nave en obras, algo parecido al cine de Tarantino y la película Reservoir Dogs (Quentin Tarantino, 1992). La ironía que produce la diégesis con respecto al entramado musical desemboca en una sensación de diversión y atracción importantes, los cuales rebajan el ambiente de tensión de la original y convierten la secuencia en una sarcástica representación de una comedia.

5. Conclusión

El trabajo planteado nos ha permitido apreciar un elemento que, si bien somos conscientes de su presencia, no solemos pararnos a analizar: el sonido. Y es que el diseño de sonido es, como casi todos los aspectos de la postproducción, un trabajo cuya finalidad es casi resultar invisible, pues en el momento en el que es identificado rompe con la ilusión del pacto ficticio, especialmente en el cine.

El sonido rellena, acompaña, subraya, contradice, dirige y sentencia. No es de extrañar que la primera frase de diálogo grabada en cine no sea otra que:

«Wait a minute! Wait a minute! You ain’t heard nothing yet!«
The jazz dancer, 1927

No se entiende El Padrino (Francis Ford Coppola, 1972) sin la música de Nino Rota. No se conoce Star Wars (George Lucas, 1977) sin los efectos de sonido de Ben Burtt. No se entienden Los Picapiedra (J. Barbera, W. Hanna, 1960) sin el Yabba-Dabba-Doo! de Pedro.

A lo largo de los ejercicios planteados, hemos podido comprobar no sólo la importancia de tener un buen diseño de sonido en tu producto audiovisual, sino también el cómo éste puede completar y hacer llegar el mensaje que se busca transmitir en la imagen a lugares previamente inalcanzables.

Se confirma en la incomodidad, seriedad y monotonía que transmitían las escenas en el momento en el que se les eliminaba el canal estéreo, dejando en su lugar conversaciones vacías. Cabe destacar que no se señala la falta de la música como algo negativo, ya que la ausencia de sonido puede llegar a transmitir más que la orquesta más estridente. Lo que hace destacar el silencio en los fragmentos como algo a corregir, es que dichas escenas necesitan la música con la que fueron concebidas, se nutren de ella. Arrebatársela es equivalente a oscurecer la mitad de la imagen.

También hemos podido comprobar el peso que la música acarrea en lo que a carga tonal se refiere, pues, concretamente con el Lacrimosa, no se puede obviar la relevancia simbólica de la pieza escogida por los realizadores. Una de las obras musicales más escuchadas y reconocibles de todos los tiempos, estandarte de la melancolía en occidente, una de las últimas obras de Mozart, el llanto de la música, los crescendos y respiros de la melodía, la carga temática de su letra… No se puede sustituir por unos violines en tonalidad menor y esperar el mismo resultado. Sí, la música transmite un sentimiento de tristeza, sigue aportando el tono. Pero no hace vibrar al espectador ni le transmite la misma fuerza. No le arrastra al lugar al que se busca llevarle.

Este análisis, así como la asignatura en su total, nos ha permitido enmendar errores pasados, permitiéndonos apreciar realmente aquel apartado que siempre habíamos dejado de lado a lo largo de nuestra formación. Y es que es fácil, al hablar del mundo que amas y al que quieres dedicarte, quedarte con la última parte de la palabra en los labios, olvidando en el proceso que, precediendo al potente visual, tenemos al sutil, pero inigualable, audio.